Tras la exclusión de la región Moquegua en la Declaratoria de Emergencia por déficit hídrico, donde varias regiones del país sí fueron incluidas, la gobernadora regional emitió un comunicado instando al ejecutivo a reconsiderar la exclusión e incluir a Moquegua dentro de la emergencia. Sin embargo, estas acciones han dejado al descubierto una serie de contradicciones en la gestión de recursos hídricos por parte de la gobernadora Gilia Gutiérrez.
A principios de septiembre, la gobernadora aseguró ante los medios que Moquegua no tendría problemas con el agua y que el recurso hídrico estaba garantizado hasta el año 2024, a pesar de los riesgos de sequía, especialmente en las partes altas de las provincias de General Sánchez Cerro y Mariscal Nieto. Estas declaraciones han generado críticas y cuestionamientos sobre la responsabilidad y la preparación de la gobernadora en temas preventivos.
La pregunta que surge es: ¿Dónde está la seriedad de la gobernadora al hacer afirmaciones tan contundentes sobre la disponibilidad de agua en la región? Incluso en años anteriores, cuando el fenómeno del Niño no fue tan devastador, Moquegua experimentó escasez de recursos hídricos en sus zonas altas. Las declaraciones de la gobernadora parecen haber subestimado la gravedad de la situación, y ahora Moquegua se encuentra excluida del Estado de Emergencia.
Es válido preguntarse si las declaraciones vertidas a inicios de septiembre por la gobernadora influyeron en la decisión del ejecutivo de no incluir a Moquegua en la emergencia, y si esta falta de coherencia en la comunicación gubernamental está afectando la capacidad de respuesta ante una situación que requiere acciones inmediatas y coordinación efectiva entre las autoridades.
Ahora por irresponsabilidad e incapacidad de malas autoridades de Moquegua los agricultores en su mayoría son perjudicados con esta horrible sequía y ola de calor quienes tomarán acciones de fuerza, señalaron.